Por James Knowlson
[Febrero de 1961] De Bielefeld,
Beckett viaja luego a Frankfurt para participar de otra velada organizada en su
honor por el director de la editorial Suhrkamp, el doctor Siegfried Unseld. Una
vez más, uno de esos eventos oficiales y mundanos que Beckett no aprecia en
absoluto. La multitud que se reúne comprende autores publicados en Suhrkamp,
universitarios, editores, periodistas, personalidades locales, estudiantes.
Después del discurso de apertura pronunciado por el doctor Unseld, el filósofo
Adorno pronuncia, “con su voz átona inimitable”, un discurso-río sobre Final de partida donde habla de la
pérdida de sentido, de identidad, de decadencia y descomposición. Luego Elmar
Tophoven lee en su totalidad la traducción alemana, que todavía no se había
publicado, de De una obra abandonada.
Finalmente, con sus pequeños zapatos, Samuel Beckett se levanta, sube al
estrado, y con una voz temblorosa, con la menor cantidad de palabras que pueden
permitírsele sin parecer maleducado, agradece a Unseld, a Suhrkamp, a Adorno y
a sus traductores alemanes, Elmar y Erika Tophoven.
Unas horas antes, Unseld había
invitado a almorzar a Beckett y a Adorno, que también era uno de los autores de
la editorial. Años más tarde contó lo siguiente:
Adorno se puso enseguida a
desarrollar su idea sobre la etimología, la filosofía y la significación de los
nombres en la obra de Beckett. Sostenía con insistencia que “Hamm” [en Final de partida] derivaba de “Hamlet”,
y tenía toda una teoría al respecto. “Lo siento mucho, profesor”, le dijo
Beckett, “pero ni por un segundo pensé en Hamlet cuando inventé ese nombre.”
Sin embargo, Adorno insistía, y Beckett se empezó a poner de mal humor. […] Por
la noche, Adorno comenzó su discurso y, obviamente, subrayó que “Hamm” venía de
“Hamlet” [y que “Clov” era la contracción de “clown”]. Beckett lo escuchó
pacientemente, luego me susurró al oído (lo dijo en alemán, pero lo diré en
inglés): “Ése es el progreso de la ciencia: ¡que los profesores puedan
obstinarse en sus errores!”.1
Traducción: M. Dupont
(*) Extraído de la biografía de James
Knowlson, Damned to Fame. The Life of Samuel Beckett.
1 Siegfried Unseld, discurso pronunciado en el ii Congreso internacional sobre Beckett,
La Haya, 8 de abril de 1992.