"En el lenguaje es siempre la guerra" (Henri Meschonnic)

viernes, 13 de julio de 2018

Beckett y Adorno*


Por James Knowlson


[Febrero de 1961] De Bielefeld, Beckett viaja luego a Frankfurt para participar de otra velada organizada en su honor por el director de la editorial Suhrkamp, el doctor Siegfried Unseld. Una vez más, uno de esos eventos oficiales y mundanos que Beckett no aprecia en absoluto. La multitud que se reúne comprende autores publicados en Suhrkamp, universitarios, editores, periodistas, personalidades locales, estudiantes. Después del discurso de apertura pronunciado por el doctor Unseld, el filósofo Adorno pronuncia, “con su voz átona inimitable”, un discurso-río sobre Final de partida donde habla de la pérdida de sentido, de identidad, de decadencia y descomposición. Luego Elmar Tophoven lee en su totalidad la traducción alemana, que todavía no se había publicado, de De una obra abandonada. Finalmente, con sus pequeños zapatos, Samuel Beckett se levanta, sube al estrado, y con una voz temblorosa, con la menor cantidad de palabras que pueden permitírsele sin parecer maleducado, agradece a Unseld, a Suhrkamp, a Adorno y a sus traductores alemanes, Elmar y Erika Tophoven.
Unas horas antes, Unseld había invitado a almorzar a Beckett y a Adorno, que también era uno de los autores de la editorial. Años más tarde contó lo siguiente:

Adorno se puso enseguida a desarrollar su idea sobre la etimología, la filosofía y la significación de los nombres en la obra de Beckett. Sostenía con insistencia que “Hamm” [en Final de partida] derivaba de “Hamlet”, y tenía toda una teoría al respecto. “Lo siento mucho, profesor”, le dijo Beckett, “pero ni por un segundo pensé en Hamlet cuando inventé ese nombre.” Sin embargo, Adorno insistía, y Beckett se empezó a poner de mal humor. […] Por la noche, Adorno comenzó su discurso y, obviamente, subrayó que “Hamm” venía de “Hamlet” [y que “Clov” era la contracción de “clown”]. Beckett lo escuchó pacientemente, luego me susurró al oído (lo dijo en alemán, pero lo diré en inglés): “Ése es el progreso de la ciencia: ¡que los profesores puedan obstinarse en sus errores!”.1

Traducción: M. Dupont

(*) Extraído de la biografía de James Knowlson, Damned to Fame. The Life of Samuel Beckett.
1 Siegfried Unseld, discurso pronunciado en el ii Congreso internacional sobre Beckett, La Haya, 8 de abril de 1992.